Nací en Almagro, Ciudad de Buenos Aires, en 1981. Di varias vueltas por San Justo, Adrogué, Burzaco, Once y Palermo, para terminar volviendo al barrio que me vio nacer. Pero ahí no terminó la cosa. Resulta que el bichito de la mudanza hizo de las suyas de nuevo y me llevó a Parque Patricios.

Mis primeros pasos fueron literalmente agitados como repartidor de comida en Microcentro. Por suerte, de a poco logré meterme en lo que más me apasionaba: el mundo de la escritura. Estudié Letras en la Universidad de Buenos Aires. Escribí biografías de grandes personajes. Un día me pregunté quién se dedicaría a hacer esos subtítulos que nos salvan la vida cuando hay una película en otro idioma. ¿Y quién escribe las reseñas de las revistas de cable y sitios web de canales de televisión? Así que por esa puerta entré en el mundo del cine (en esta entrevista cuento la anécdota).

También viví experiencias maravillosas que me enriquecieron muchísimo. Unas prácticas docentes en segundo año, donde conocí a unos chicos increíbles, revoltosos, llenos de ideas (acá cuento un poco cómo fue la cosa). O las visitas a distintos grados -también están registradas- que hago todos los años cuando los chicos adoptan mis libros y sus docentes se contactan conmigo.

Me nutrí de todas esas cosas, junto a las mañanas, tardes y noches leyendo a JRR Tolkien, Isaac Asimov, Ray Bradbury, Stephen King, George RR Martin, Miguel de Cervantes, Benito Pérez Galdós, Kennedy Toole y muchos etcétera. Viendo La historia sin fin, Laberinto, Willow, La esmeralda perdida, Indiana Jones, Star Wars, Volver al futuro. O jugando en la PC al Monkey Island, Ultima 7, The Walking Dead, o en la Play al The Last of Us, e infinidad de historias que transportan a mundos lejanos y cercanos.

Eso puse en juego cuando me animé a entrar en contacto con la literatura infantil y juvenil. Más que nada, las ganas de transmitir lo que me emocionó y me emociona. Con la inestimable ayuda de Julieta, el amor de mi vida, y de mi mamá (¡Didi Grau!), lectoras muy atentas que siempre me señalaron dónde metía la pata, escribí "El progreso", publicado en Un mes después y otros cuentos aterradores, de editorial Amauta. Después llegó la increíble noticia de que había quedado como finalista del concurso literario de Elevé ediciones juveniles. Eso me permitió publicar la novela El rey de los guanacos. Y los cuentos en Billiken "La odisea del gigante Ernesto", "La princesa Bravilda", "Las siete pizzas", "Una vida sin bichos", "Ciudad zombi", "Ceniciencia", "Estrellas y picaduras", "El ascenso y caída de Peludo Pataslargas", "Torneo fantástico de fútbol", "Piratas espaciales", "El misterio de los dientes de oro", "Dinosaurios", "Bienvenidos a Entrañópolis", "El amigo invisible" y "Canto de sirena".

Y la historia siguió en 2014. La editorial Uranito hizo una convocatoria para seleccionar novelas de distintos géneros, entre ellos el de ciencia ficción. Fue el impulso perfecto para escribir la novela Adoradores de robots, ¡que quedó seleccionada! Y que se publicó el 1 de julio de 2016.

2017 fue un año de nuevas aventuras, en el que me puse el traje de ¡preceptor! por unos meses y empecé a dar clases de literatura en Valentín Alsina. Tanto me gustó encontrarme con esta vocación, dormida por demasiado tiempo, que al día de hoy me pueden ver dando clases en secundarios.

En el 2018, la editorial MacMillan seleccionó mi cuento "Torneo fantástico de fútbol" para incluirlo en la antología Cuentos futboleros para chicas y chicos. Lo más loco es que Germán Sosa, relator de fútbol de la Premier League, lo relató con su voz increíble. Lo pueden escuchar acá.

Y a fin de 2018, mi cuento "Un problema gigante" quedó seleccionado en el concurso de Libresa, editorial ecuatoriana, como recomendación del jurado. Proceso que terminó en 2019 ¡con mi primera publicación internacional!

Y 2019 siguió con la noticia inmensa de la publicación de Piratas pirateados en Edelvives, una editorial que, con su importancia, hizo que mucha gente pudiera leerme.

En 2020 publiqué Magma, mi segunda novela de ciencia ficción, en editorial A-Marte, que unos años después reeditó también Adoradores de robots ¡con un adelanto de su futura segunda parte!

En 2021 saqué mi segundo cuento futbolero, "Batalla naval", junto con cuentos de Verónica Álvarez Rivera, Mario Méndez y Franco Vaccarini en un libro que se titula Cuentos que son un golazo, de Letra Impresa.

En 2022, apenas comenzado el año, me di el lujo de publicar mi primer libro álbum, Perdón, ¿ha visto a mi tiburón? con el sello de editorial Ekeka.

Y a partir de 2023, volvieron los concursos que tanto me ayudaron a publicar. Primero, un reconocimiento en el concurso de Editorial El Ateneo por mi cuento "Lucio entre dos mundos". Y, en 2024, una mención especial en el concurso de Más que lectura, de editorial Estrada, por mi novela Güestern.